Si no hay mucha suerte antes de
diciembre desaparecerán Canal 9 y Radio 9.
Que dejen de emitir cadenas de
televisión y emisoras de radio por desaparición o fusión con otras se puede
tener en cuenta como normal en un mercado competitivo que, además, en el caso
español está perjudicado por enormes deudas públicas y privadas que frenan la
captación de publicidad, que es su sustento.
Cierran RTVV por su elevado coste
de mantenimiento debido a su desproporcionada plantilla de personal, triplicada
a partir de 1995, y al bajísimo índice de audiencia, al que ha llegado tanto
por la competencia de otras cadenas como por la pérdida de credibilidad ante
los potenciales telespectadores
Pero no es lo mismo una cadena
pública nacional que una regional, ya que éstas por cercanía están más al tanto
de los acontecimientos de toda índole de la zona que abarcan y si cumplen con
sus postulados fundacionales son potenciadoras y divulgadoras culturales y
turísticas de un pueblo, máxime en el valenciano con lengua autóctona, así como
un instrumento clave para la cohesión y reafirmación de sus
características.
La experiencia en programas y
series que han resaltado esos valores ha demostrado que los valencianos de las
tres provincias saben valorar la oferta de programas de calidad y que nos
hablen de lo nuestro.
Deben adecuar la plantilla pero
respetando la antigüedad, sin beneficiar a los afines, y contarlo todo no sólo
las noticias que sean positivas para el partido político que gobierne.
Igualmente, deben tener paciencia
para la recuperación de la audiencia sin aturrullamientos, como en cualquier
industria, comercio o servicio, ya que las pérdidas de clientes o
telespectadores, según lo que corresponda, pueden ser muy rápidas y las
recuperaciones lentas y conforme van comprobando que la veracidad es
continuada.
Respecto al tren, la parcela básica de este blog, tener una cadena regional
es importante por su cercanía para conmemoraciones y reivindicaciones (sin
censurarlas) de las líneas férreas de una Comunidad como la Valenciana donde
tanto el gobierno regional como el nacional, omnibulados por la alta velocidad,
se desentienden de varias líneas de ancho ibérico, como si quisieran que
alguna tuviera el mismo destino que han preparado para RTVV.
No es ético perjudicar a los
ciudadanos en aquello donde son responsables y deben solucionarlo quienes
engrosaron inadecuadamente la plantilla de RTVV y con su forma de actuar
propiciaron que la audiencia, que en 1992 era del 22,5% y en el año 2000 del
20,2%, haya bajado a un ridículo 3,8% el pasado mes de octubre..