Quienes
tenemos más de sesenta años recordamos la existencia en la avenida del Puerto,
en la ronda de Tránsitos (actuales avenidas de Peris y Valero, Giorgeta, Pérez
Galdós, Primado Reig, Peset Aleixandre y Cardenal Benlloch ), en el paseo de
las Moreras, en la también avenida Jacinto Benavente y en los puentes de
Aragón, Ángel Custodio y Campanar, de dos anchos raíles de acero paralelos
sobre los que circulaban los carros con mayor rapidez y menor necesidad de
caballerías que sobre pavimentos de tierra o adoquines.
Valencia
fue la única ciudad española y posiblemente del mundo que tuvo incrustadas en
el pavimento del citado viario urbano unas peculiares vías férreas,
popularmente conocidas como las llantas y oficialmente los raíls, que
abarataron los transportes, principalmente hacia y desde el puerto de El
Grao, desde 1889 hasta la desaparición de los últimos tramos a partir de 1972
en las avenidas Peset Aleixandre y Primado Reig. A modo testimonial sólo han
quedado dos cortos tramos en un jardín de la calle Gorgos, que en su momento
formó parte de la citada avenida Primado Reig..
Sin
embargo, y a pesar del rotundo éxito para el transporte de mercancías, quedaron
en proyectos los intentos de Alicante, Madrid y otras urbes: en unas por
el coste de la instalación y en otras por falta de acuerdos políticos.
Enrique Goñi Igual, socio de
AVAF, nos lo cuenta en su libro de bolsillo titulado “Los carros en
Valencia, sus caminos de hierro (Las otras vías férreas)”, donde comienza
con el guiado por surcos en la calzada (Castellar de Meca, cerca de Ayora) e
incluye una pormenorizada historia del transporte con tracción animal,
principalmente en la capital valenciana.
Meticulosa investigación que el
autor ha complementado con interesante aportación cartográfica y fotográfica.
Esteban
Gonzalo Rogel
20-01-2014