El pasado día 6 de este mes el Gerente de Ferrocarrils de la Generalitat
Valenciana, Ángel García de la Bandera convocó a los medios de comunicación
para explicarles los resultados del año anterior y los estudios realizados
sobre utilización de la red, las reclamaciones habidas y el grado de
satisfacción de los usuarios, los proyectos, y que la mejora económica y el
aumento de actividad han demostrado el disparate que para el devenir de FGV ha
supuesto el ERE realizado en el 2013 para recortar gastos sin prever futuras
necesidades.
Dijo, que para aumentar frecuencias y captar más
viajeros en Metrovalencia se contraponen la falta de capacidad en algunos
trazados, como es el caso de la vía única en las secciones Alboraya-Rafebunyol,
Torrent-Picassent, Paterna-La Canyada-Entrepins y Seminari-Bétera, y de
conductores, ya que no hay ni siquiera los suficientes para atender los
servicios actuales.
La incongruencia es que sobran muchos trenes, porque compraron
demasiados e incluso tienen que vender a precio de saldo los 18 que inauguraron
la línea 3 en 1995, y faltan maquinistas.
Mientras que el Consell es partidario que quienes
conduzcan los trenes y atienden la seguridad sean empleados de Metrovalencia,
la ley que limita la contratación de trabajadores sí que permite externalizar
servicios, o sea favorecer la privatización.
Ello, en una entidad autonómica que desde el
mencionado año 2013, que paradoja, está recuperando viajeros, y los empleados
han firmado nuevo convenio colectivo después de cinco años sin tenerlo.
El Gobierno Valenciano debe apoyar al máximo la petición
que el Director Gerente ha hecho por escrito al Ministerio de Hacienda para
revertir el nefasto ERE del 2013 y se puedan solucionar los problemas actuales
con perspectiva de futuro en conducción y otros servicios básicos de la
explotación.
Asimismo, meterse de lleno y con urgencia, dando
soluciones concretas, para que no prospere la amenaza de huelga de trenes y
tranvías entre los días 15 y 20 de este mes.
Sería mala publicidad turística que el año que las
Fallas estrenan ser Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, valencianos y
visitantes vieran grandemente dificultados sus desplazamientos. Por ello, creo
que Valencia Turisme también tendría que implicarse en la solución.
Esteban Gonzalo Rogel
07-03-2017